La tecnología avanza y nuestros hogares se ven beneficiados con nuevas opciones para proporcionar comodidad, como podría ser tener agua caliente disponible a través de procesos más eficientes, sin embargo tomar la decisión de cambiar un termo eléctrico por una bomba de calor es una decisión que hay que evaluar con cuidado.
Estar al último grito de la tecnología podría ser algo tentador, pues la tendencia actual está encaminada a buscar que en el día a día, nuestra comodidad no signifique un coste excesivo de dinero en nuestra factura energética, contaminación o consumo de recursos no renovables. Pensando en esta situación, las bombas de calor pueden ser una opción eficaz, pero conviene conocer cómo funcionan y realizar una comparativa de varios aspectos para determinar si es el método que más nos conviene.
¿Cómo funcionan las bombas de calor para ACS?
Para comprender este método por el que se consigue elevar la temperatura del agua, para que pueda ser útil en el hogar comenzaremos por decir que a grandes rasgos, estos aparatos funcionan de una forma inversa a lo que sucede con la nevera. Es decir, en lugar de extraer el calor de lo que se encuentra en el interior después enviarlo al exterior, la bomba de calor para agua sanitaria hace lo contrario; se encarga de extraer el calor del aire que ingresa a su sistema para luego transmitirlo hacia el agua, que puede llegar a alcanzar una temperatura de alrededor de 65º, suficiente para tomar una ducha cómoda o utilizar esta agua con seguridad en diferentes proyectos del hogar.
Esto se consigue gracias a un ciclo termodinámico y por medio de condensadores, en un proceso que implica un consumo de energía eléctrica eficiente.
¿Se puede poner en cualquier sitio la bomba de calor?
Uno de los aspectos que conviene tener en mente al momento de evaluar el proyecto de adquirir una bomba de calor para el ACS, es que el lugar en el que coloquemos el aparato tenderá a enfriarse. De tal forma que no sería una buena idea colocarlo por ejemplo en el baño, como podría suceder con el termo eléctrico, puesto que una disminución en la temperatura de este lugar provocaría como consecuencia que estés incómodo al salir de la ducha. Especialmente no se recomienda si el espacio es muy pequeño.
¿Qué requisitos se deben cumplir en el lugar para montarlo?
Si te preguntas con qué debes contar en el lugar para poder montar una bomba de calor, lo más básico es tener a mano una toma de agua fría, un desagüe y dependiendo del tamaño del aparato se recomienda que tengas al menos un espacio de 20 m3, para que se pueda realizar el intercambio de aire sin problemas y un enchufe.
En relación al espacio que se necesita, las dimensiones de una bomba de calor para agua caliente sanitaria son similares a las de un termo, se pueden instalar dentro de la casa y se recomienda que sean montados cerca del lugar en donde se requiere el agua caliente.
Otro aspecto que no tiene que ver necesariamente con el montaje es el ruido, ya que generalmente en comparación con una nevera, suele ser más elevado el sonido que provoca el condensador de una bomba de calor, por lo que quizá no quieras colocarlo cerca de una habitación destinada al descanso.
En cuanto a consumo energético ¿Cuál es la realidad?
Para hablar de este tema, debemos partir de la eficiencia de los aparatos al momento de generar agua caliente en ambos casos. Según algunos experimentos que se han realizado, utilizando en una casa tipo en donde se han montado ambos sistemas, se estima que aproximadamente una bomba de calor en su ciclo frigorífico puede tener una eficacia del 300%. En comparación con un termo que en igualdad de circunstancias podría ser menor al 100%. De manera que podemos decir que esta manera de conseguir agua caliente sanitaria si resulta mucho más eficiente. Visto desde otra perspectiva, podríamos decir que si dividimos la energía necesaria para calentar el agua en 4 partes, incluso en el mejor termo eléctrico estas 4 partes son tomadas directamente de la electricidad, mientras que en una bomba de calor ¾ se generan gracias a la aerotermia y solo una se toma de la energía eléctrica.
Sin embargo, aunque esto no representa un cambio drástico en su eficiencia contra un termo eléctrico, vale la pena mencionar que este porcentaje podría verse alterado debido a la temperatura promedio del aire en el sitio donde está montado el dispositivo. Es decir, que no obtendremos el mismo rendimiento cuando el aire del ambiente está muy frío. Entonces, en esas zonas geográficas en donde algunos meses del año las temperaturas descienden de manera significativa, podría ser necesario que las bombas de calor se ayuden de resistencias adicionales, para con estas evitar que en el sistema se llegue a generar escarcha o que se congele. Aún así, la tecnología de estos aparatos logra extraer calor incluso de aquel aire que se encuentra a temperaturas bajo cero, por lo que bien podría ser una opción que implique un menor consumo energético.
Otro dato que puede ser de utilidad si estás evaluando opciones de bombas de calor es revisar el COP o Coeficiente de eficiencia energética en modo de calefacción. En la actualidad, las compañías que se dedican a la producción de estos aparatos ofrecen un COP de 2,5 a 4, que se considera como apropiado.
Evaluando el coste de una bomba de calor en relación a un termo eléctrico
Quizá uno de los inconvenientes que existen aún entre un termo eléctrico y una bomba de calor es el coste inicial que representa la inversión de un aparato en relación a otro, ya que siguen siendo más asequibles las opciones que se encuentran en el mercado para la adquisición de un termo eléctrico. Si deseas un estimado, podemos decir que un termo eléctrico podría costar aproximadamente la mitad de lo que implicaría comprar un equivalente en capacidad con bomba de calor. Sin embargo, las empresas hacen esfuerzos por proporcionar esta tecnología a costes cada vez más bajos, de tal forma que es muy probable que a un mediano plazo, este método se convierta en una opción muy factible.
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