Cuando compramos un aceite de motor solemos fijarnos en varios parámetros, pero el más importante de ellos es su SAE. Una escala que no siempre es fácil de entender, especialmente ante la gran cantidad de combinaciones existentes.
Uno de los pocos parámetros que generalmente nos da el fabricante de nuestro coche a la hora de elegir un aceite para el motor es la escala SAE. Una escala compuesta de una doble numeración que estamos acostumbrados a escuchar o ver con frecuencia pero que muchas veces no llegamos a entender realmente qué significa. Para que tengas claro a que se refiere cada uno de los elementos de esta escala vamos a profundizar en la misma y a saber qué información nos aporta sobre el aceite que ponemos en nuestro coche.
El origen
Cuando el mundo del automóvil empezó a rodar, a principios del siglo XX, el descontrol existente era considerable. Hablamos de un mundo que, por aquel entonces, era totalmente nuevo para los ingenieros de la época y en el que cada cual hacía las cosas un poco a su manera. No era algo caprichoso sino que la falta de normas, reglas y estándares hacía que esos ingenieros no tuvieran referencias o elementos con los que trabajar a la hora de crear vehículos o plantear cualquier aspecto de su funcionamiento.
Ante este descontrol surge la Sociedad Americana de Ingenieros del Automóvil. Esta sociedad aglutinaría a los expertos del sector y sería la que establecería los principales estándares de la industria, a fin de armonizar todos los nuevos elementos tecnológicos que irían surgiendo a raíz de la invención del automóvil. En la actualidad, esta sociedad es la que sigue gestionando estos estándares, entre los que se encuentra la escala SAE, que comparte siglas con la misma.
Qué mide la escala SAE
Para saber realmente la utilidad de la escala SAE es necesario saber qué es lo que mide la misma respecto del aceite. Y lo que nos indica esta escala es el grado de viscosidad que tiene un aceite sometido a unas condiciones concretas de temperatura.
Tenemos que pensar que el aceite no es un líquido como tal, sino que es un elemento viscoso, pegajoso, que es precisamente lo que le permite lograr esa protección a la hora de lubricar el motor de nuestro vehículo. Sin embargo, dentro de esa viscosidad, existen diferentes niveles o grados, de modo que habrá aceites que tiendan a ser más líquidos y otros que tiendan a ser más “sólidos” o más espesos. Pues justamente esto es lo que mide la escala SAE.
Para realizar dicha medición se evalúa el nivel de viscosidad, la capacidad de bombeo del aceite en condiciones frías o bien la estabilidad que tiene a la hora de ser bombeado ese aceite en condiciones de calor, a las temperaturas habituales a las que funcionan los motores. Todos estos parámetros se normalizan, de modo que en función de los parámetros que cada aceite obtenga se determina el grado SAE que tiene.
Entendiendo la escala SAE
Dejando de lado la parte más técnica, vayamos a la práctica. En la actualidad, los datos de SAE que encontramos en cualquier aceite de motor que tengamos en el mercado se componen de dos números separados por la letra W. Esta doble escala se debe a que hoy día usamos aceites multigrado, que tienen una capacidad de protección mucho más eficiente, respecto de la temperatura, de la que tenían los primeros aceites monogrado.
Así pues, el primer número nos indica la escala SAE de ese aceite en frío o en situaciones de bajas temperaturas, como las del invierno. De aquí la W que separa las cifras, que es la inicial de Winter, invierno en inglés. El segundo número de la escala SAE nos indica el nivel de viscosidad de ese aceite en caliente, esto es, en las condiciones habituales de uso de un motor, que rondan los 100 grados de temperatura.
La temperatura es la clave
Es importante saber que los números de la escala SAE por si mismos no tienen un significado concreto por si mismos. El hecho de que un aceite sea 10W30 o 20W40 no quiere decir nada, sino que tendremos que irnos a la escala para entender realmente las propiedades de este aceite. Unas propiedades que, como acabamos de comentar, tienen mucho que ver con la temperatura.
Empezando por la primera cifra, esta nos indicaría hasta qué temperatura en frío sería el aceite capaz de fluir en condiciones ideales a través del motor a la hora de arrancar. Algo fundamental en zonas frías, dado que si el aceite no lubrica bien el motor esto puede ser causa de averías a largo plazo. Por suerte, todos los aceites actuales tienen la capacidad de arranca a temperaturas de hasta -15 grados, de modo que salvo en zonas de montaña extrema no hay problemas con el arranque.
Donde sí tenemos algún problema es con el calor, que sería la segunda cifra de esa escala. En este caso se mide a través de la escala cual es la temperatura ambiental máxima a la que ese aceite puede mantener sus propiedades lubricantes. Esto no quiere decir que si la temperatura se incrementa por encima del límite no se pueda usar el aceite, pero si es cierto que a medida que sube la temperatura por encima de la establecida el consumo de aceite se incrementa. Como referencia, un aceite 10W30 soporta hasta 30 grados de temperatura, mientras que un 5W30 llega a los 35 grados aproximadamente.
Qué SAE elegir
Llegados a este punto, solo nos queda saber que SAE debemos elegir para nuestro motor. La respuesta es sencilla… el que nos diga el fabricante. En general, cada marca establece qué tipo de aceite de motor usar con su escala correspondiente, de modo que nosotros solo tenemos que elegir el mejor aceite 5W30, 20W50, 10W40 o el que sea necesario para el motor, a fin de obtener los mejores resultados de lubricación y rendimiento para nuestro motor.
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